Comer carne asada podría aumentar el riesgo de padecer cáncer y diabetes.

Esto lo describe un estudio de Harvard.. MB

Una de las comidas más clásicas en el norte ya sea por convivir o solo por gusto es la carne asada, pareciera que aunque sea una comida del norte del país y de algunas partes de Estados Unidos en realidad la carne asada es una comida de nivel mundial claro con un toque de diferencia por región.

De acuerdo con la Asociación Americana para el cuidado de la Diabetes, la ADA, el comer carne asada aumenta el riesgo de padecer varias enfermedades, como la diabetes, el cáncer y aquellas relacionadas con el sistema cardiovascular. Esto no sólo por la ingesta de carne en sí, también por la manera en que se cocina y el lugar.

La investigación señala que al preparar alimentos de origen cárnico en un ambiente no controlado, como es al aire libre en un asador, aumenta el número de toxinas relacionadas con los padecimientos mencionados, debido al calor que se genera; esto, al combinarse con las sustancias que arroja el alimento como la grasa, hacen que se dé una reacción química altamente peligrosa.

Gang Liu, investigador del Departamento de Nutrición de la Escuela Salud Pública de Harvard y uno de los autores, menciona que al asar carne al aire libre se producen dos tipos de toxinas principales las minas heterocíclicas (AHC) e hidrocarburos aromáticos policíclicos (HAP); misma que tienen propiedades mutantes, por lo que hay una alta posibilidad de que afecten el ADN humano, dando pie a enfermedades.

Su aparición se da cuando la grasa en general o los jugos de la carne (incluida la sangre) caen en las brasas; si alguna vez han asado o visto cómo se asa la carne, sabrán que al momento de gotear los mencionados líquidos se produce una buena cantidad de humo, bueno el humo es el que contiene los hidrocarburos aromáticos policíclicos, mismos que se adhieren a la carne. La recomendación es evitar asar carne; sin embargo, si se va a hacer, que su preparación se dé en un ambiente controlado en interiores.