Envejecerá AL en mitad del tiempo que le tomó a Europa: Cepal

América Latina y el Caribe envejecerá al mismo nivel de Europa, pero en la mitad de tiempo, lo que obliga a fortalecer los sistemas de protección social en la región, sobre todo a través de sistemas de pensiones no contributivas (SPNC), expuso uso Alberto Arenas de Mesa, director de la División de Desarrollo Social de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).

En 1968, el 9.9 por ciento de la población europea tenía más de 65 años y le tomó 57 años duplicar esta tasa hasta un 20.4 por ciento. En América Latina se espera que una transición demográfica de esta dimensión tome sólo 30 años, advirtió el economista al presentar una nueva publicación de la Cepal, Sistemas de Pensiones No Contributivas en América Latina y el Caribe: Avanzar hacia la Sostenibilidad con Solidaridad.

“Esa transición demográfica va a ser muy significativa para los esquemas de pensiones no contributivos en un marco de bajo crecimiento y alta informalidad”, previno Arenas de Mesa, sobre todo porque el envejecimiento implica una mayor demanda de protección social y una mayor cuota de las finanzas públicas.

Se conocen como pensiones no contributivas a las transferencias gubernamentales que se dan a personas de la tercera edad, independientemente de que haya cotizado como trabajadores formales en los sistemas de seguridad social. En México lleva el nombre de Pensión Universal para Personas Adultas Mayores, y se otorga a todas las personas mayores de 65 años.

“Los sistemas de pensiones no contributivas (SPNC) son lo que necesita la región para avanzar hacia un pacto social y/o fiscal”, enfatizó el economista de la Cepal. En lo que va del siglo han habido avances, de 2000 a 2022, pasó de implementarse de 14 a 28 países; y con ello su cobertura pasó de 3.4 a 31 por ciento de la población de 65 años, en números llanos saltó de un millón a 19.6 millones de beneficiarios.

Hasta 2021, que se presentaron datos comparativos para varias economías de la región, México era la única con una cobertura universal del SPNC y su costo en ese momento fue de 0.59 por ciento del producto interno bruto (PIB). Arenas de Mesa expuso que en la mayoría de los países no tomaría más de un punto dar una cobertura de este tipo y sus efectos en la pobreza y pobreza extrema se pueden constatar.

De acuerdo con un agregado de nueve países de la región con diferentes coberturas de pensiones no contributivas, esta política tuvo un impacto de diez puntos para bajar la pobreza. También estimados sobre pobreza extrema, presentados en la publicación, exhiben que este tipo de esquemas de pensiones ayudan a reducirla a la mitad; y compactan las brechas étnicas y sociodemográficas asociadas a roles de género.

 

LA JORNADA