Dios salve al Rey, así fue ovacionado el rey Carlos III en su proclamación

Apenas Carlos III fue proclamado rey, el clamor al interior del palacio de Saint James se replicó al exterior: "¡God Save The King! ¡God Save The King! ¡God Save The King!".

A las 10:04 horas, tiempo de Londres, cientos vitorearon a Carlos Felipe Arturo Jorge como su nuevo monarca.

El Consejo de Ascensión, una institución británica que data de 1707, oficializó con firmas, como dicta el protocolo, al nuevo rey de Reino Unido tras la muerte de Isabel II.

Penny Mordaunt, completamente vestida de negro, presidenta de este Consejo y líder de la Cámara de los Comunes, encabezó la ceremonia, en la que también estuvieron presentes los ex primeros ministros Boris Johnson, Theresa May, David Cameron, John Major, Tony Blair, y Gordon Brown.

 

 

También acudió Guillermo, lo que representó su primera aparición como príncipe de Gales, nombramiento que le concedió su padre Carlos III este jueves. Para entonces todo era expectación afuera del palacio de Saint James, con los cientos de británicos —y unos cuantos extranjeros curiosos— que quisieron ser testigos, lo más cerca que pudieran, de esta histórica ceremonia.

El hecho de que una proclamación fue televisada por primera vez también abonó a la historia, lo cual, además, fue aprovechado por varios jóvenes que seguían la ceremonia en tiempo real en sus teléfonos celulares.  

El nuevo monarca ya se encontraba en el salón del Trono del palacio de Saint James y dirigía un discurso a los presentes para enseguida firmar el juramento de proclamación junto con su esposa Camila, la reina consorte.

La primera ceremonia protocolaria terminó y los asistentes del Consejo de Ascensión comenzaron a retirarse, como la primera ministra Liz Truss. Como medida de seguridad, la policía inglesa cerró las calles aledañas en esta zona de Westminster y colocó vallas. Algunos de los asistentes a la ceremonia aprovecharon esto para caminar tranquilos unos cuantos metros y llegar a sus vehículos, pero fueron aplaudidos por la multitud al ser reconocidos .

Faltaba un minuto para las 11:00 horas y la propia gente pidió silencio, pues se aproximaba al balcón del palacio el rey de Armas de la Orden de la Jarretera para leer la proclamación formal de Carlos III. 

 

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