California, la nueva frontera por conquistar para el agave mexicano

Ante la sequía y el calor extremo, científicos y productores estadounidenses estudian la potencial siembra de la planta con la que se produce el tequila y el mezcal

(Luis Pablo Beauregard/El PAÍS) Jalisco es conocida como la capital del tequila. Y Oaxaca la del mezcal.

Las dos ciudades mexicanas pueden tener en el futuro a un serio contendiente como la principal región productora de agave en el mundo. Científicos de California experimentan con la planta con la que se hace la bebida alcohólica para determinar su viabilidad en el árido terreno californiano, que ha sido impactado por altas temperaturas y una sequía que afecta la entidad desde 2016. Algunos productores consideran al agave un cultivo de enorme potencial en un clima cada vez más extremo.

A finales de mayo, unos 40 agricultores se reunieron en el primer simposio del agave en California, organizado por la Universidad estatal en Davis, que se especializa en estudios agrícolas. Uno de los más entusiastas asistentes fue Stuart Woolf, un veterano agricultor del valle central del Estado. Su empresa produce desde hace años tomates, pistaches y almendras, cosechas tan populares como rentables en el campo californiano.

El medio kilo de los frutos secos puede venderse en unos cuatro o cinco dólares. Desde hace algún tiempo, no obstante, Woolf sembró unas 900 plantas de agave en algo más de media hectárea de terreno. Ante los asistentes al simposio, lanzó una pregunta: “¿Podemos cultivar más plantas por hectárea que las que pueden en México?”.

La respuesta a la pregunta se está fabricando en los laboratorios. “Los patrones de lluvia y las condiciones de crecimiento en California son diferentes a aquellos que hay en la zona donde se hace el tequila. Es emocionante comenzar a estudiar las capacidades y determinar qué tipos de variedades de agave pueden crecer comercialmente en California y qué sabores pueden potenciarse en la destilación para hacer bebidas de agave únicas del Estado”, señaló Ron Runnebaum, el profesor de viticultura y enología de la universidad de Davis que organizó el simposio.

Aquella reunión marcó el inicio del Consejo del agave de California. Stuart Woolf y su esposa Lisa donaron 100.000 dólares a un fondo para fomentar los estudios sobre el agave en territorio estadounidense.

Woolf cree que la tierra californiana puede producir un agave con mayores concentraciones de azúcar, lo que produciría más volumen de alcohol. Aún así, es un cultivo complicado porque su ciclo de maduración es de entre cinco y ocho años.

Se necesitan unos siete kilos de agave para producir un litro de tequila. Y después de cortarlo, jimarlo en el caso de la región tequilera, se debe sembrar más. Estos pioneros de una incipiente industria piden tranquilidad.

Apenas hay 16 hectáreas de agave cultivadas en el muy vasto terreno californiano.

 

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